miércoles, 6 de octubre de 2010

Historias




Éstos escritos son los primeros que aparecen en mi BoS Digital y me parecen muy bonitos como para compartirlos.

HISTORIAS



LA CREACION


Hace mucho, mucho tiempo, el mundo dormía en un vacío oscuro. De esta nada, el Espíritu dibujó y creó con un amor infinito a nuestra Señora. La Señora bailó entre los cielos y sus pies se movían al ritmo de toda la creación. Destellos de luz se exhalaban de su cabellera y proporcionaron luz a las estrellas y a los planetas. Mientras se contorneaba, estos cuerpos celestes empezaron a danzar junto a ella la sinfonía divina del universo. Al acelerar el ritmo del baile, formó los mares y las montañas de la Tierra. Recitó versos de amor y de gloria y, a medida que estos sonidos caían sobre la tierra, los árboles y las flores empezaron a crecer. De luz blanca y pura de su aliento nacieron los colores del universo, lo que tintó todo lo que nos rodea de una belleza turbadora. De la cosquilleante sonrisa que ascendía por su garganta, brotaron los sonidos del agua cristalina de los riachuelos, las amables vibraciones ondulantes del lago y los susurros de los océanos. Sus lágrimas de dicha se convirtieron en las lluvias que nos dan vida.


Y cuando su danza se tornó más lenta y la Señora buscó compañía para compartir todas las maravillas del universo, el Espíritu creó al Señor para que fuera el compañero de su vida y le hiciera compañía. Como ella, quería tanto a la Tierra, el Espíritu creó a su compañero mitad espíritu, mitad animal para que juntos, el Señor y la Señora pudieran poblar nuestro planeta. El poder del Señor pasó por ella y esparció sus bendiciones. Juntos, el Señor y la Señora dieron a luz a los pájaros, a los animales, a los peces y a las personas de nuestro mundo. Para proteger y guiar a los seres humanos, el Señor y la Señora craron a los ángles y a los espíritus poderosos, cuyas energías siempre caminan entre nosotros, aunque normalmente no las veamos. La Señora dió a cada pájaro una canción mágica y el Señor a cada animal el don del instinto de supervivencia. El Señor es el maestro de los reinos animal y vegetal y, por eso, lleva astas de venado coronado en su cabeza. Este aspecto mitad hombre y mitad animal muestra su dicha por la creación de los animales y los hombres por parte del Espíritu y, a través de ellos, nos revela su imagen.


Cuando los hombres empezaron a crecer y a evolucionar, el Señor y la Señora vieron la necesidad de
que hubiera curanderos humanos. Así que tomaron energía del reino de los ángeles, del reino de los poderes animales y del reino de los hombres para crear a los brujos y brujas. Los brujos y brujas trajeron con ellos la sabiduría del Señor y la Señora, la capacidad para curar y el arte de la magia. La Señora enseñó a las brujas y brujos como trazar un círculo mágico y cómo hablar con el Espíritu del Señor, cómo comunicarse con los espíritus del aire, del fuego, de la tierra y del agua y cómo comulgar con los reinos animal y vegetal. Al principio, los hombres aceptaron a las brujas y brujos y nos trataron con justicia; pero como las brujas y brujos eran diferentes, otros seres humanos empezaron a tener miedo de los portadores de la sabiduría del Señor y la Señora. Entonces las brujas y brujos se convirtieron en personas ocultas y dirigieron sus ritos de energía positiva en secreto a pesar del riesgo de ser capturadas y morir en manos de los seres humanos temerosos.


Cuando el mundo se volvió oscuro por las creaciones humanas nacidas de la ignorancia y del odio, la Señora se encarnó en la Luna para representar la luz de su paz, mientras el Señor tomó la forma vibrante del Sol para simbolizar la fotaleza del amor perfecto. Una vez al mes, cuando hay luna llena, los brujos y brujas celebramos y recordamos las bendiciones que nuestra madre nos ha otorgado. Invocamos su energía para que nos ayude a cuidarnos a nosotras mismas y a nuestras familias, a nuestro planeta y a nuestros amigos. Cuatro veces al año, a medida que el sol sigue los ciclos de las estaciones, los brujos y brujas celebramos los festivales del fuego, enel que veneramos al Señor y a su amor por nosotros. En los cuartos de las estaciones, las brujas y brujos veneramos el ciclo de la vida y todo lo que yace sobre la Tierra.


La Señora tiene muchos nombres -Isis, Astarté, Brida, Diana o Aradia, entre otros - y permanece a nuestro lado, entre todas las mujeres de la Tierra, sean de la raza que sean. El Señor adquiere muchos rostros, desde las facciones del fuerte Cernunnos a las del delicioso Pan. Él nos vigila y nos guía, y su presencia yace en todos los hombres. Cuando suena el trueno en los cielos y los rayos caen sobre la tierra, el Señor y la Señora danzan al son de la creación para que les recordemos y sepamos que nunca estamos solos. Cuando sale el Sol cada mañana, celebramos la dicha de su amor por nosotros, y cuando sale la Luna recorre sus fases, podemos comprender el ciclo del nacimiento, crecimiento, muerte y la resurrección, o sea, la naturaleza de nuestra especie.


Cuando nos llega el momento, las brujas entramos en la Tierra Estival. Del Espíritu que fluye por el Señor y la Señora, continuamos aprendiendo el carácter místico del universo para que podamos volver, vida tras vida, a servir a nuestros hermanos y hermanos. En cada vida, el Espíritu nos guía a través de las experiencias y nos dispone para el camino que debemos recorrer para llevar a cabo misiones personales. Muchas veces, nacemos entre aquellos de nuestra propia especie, y en otras ocasiones debemos buscar a nuestra familia espiritual. Muchos de nosotros olvidamos nuestro camino hasta que somos adultos, pero otros, desde que sus pensamientos empiezan a cobrar vida, ya saben instintivamente cuál es su herencia.


Las brujas y brujos somos las representaciones de la evolución de la sabiduría en nuestro planeta. Somos seres ocultos que regresan de la muerte. Somos la gente, el poder del cambio, y nos hemos encarnado en todas las razas y en todas las culturas. Somos los ángeles de la Tierra.






LA LEYENDA OJIBWE DEL ATRAPASUEÑOS


Mucho tiempo atrás, en el antiguo mundo de la Nación Ojibwe, los clanes estaban todos ubicados en un area gereneral de un lugar conocido como Isla Tortuga. Esta es la forma en que los viejos narradores Ojibwe cuentan como Asibikaashi (Mujer Araña) ayuda a Wanabozhoo a traer a Giizis (Sol) de vuelta al pueblo.


Hasta el día de hoy, Asibikaashi contruía su choza especial antes del amanecer. Si estas despierto al amanecer, como deberá ser, busca que choza y veras el milagro de como ella captura la salida del sol, como las chispas de luz sobre la roca en la cual se reune.




Asibikaashi cuida de sus hijos, la gente de la tierra, y lo sigue haciendo hasta el día de hoy. Cuando la Nación Ojibwe se dispersa a las cuatro esquinas de norteamerica, para cumplir una profecia, Asibikaashi tuvo un tiempo dificil llevando a cabo su trabajo a todas aquellas cunas, de tal forma que las madres, hermanas, y Nokomis (Abuelas) asimilaron la práctica de entretejer las redes mágicas para los bebes, usando un aro de sauce y cordel hecho con plantas. Esta hecho de forma circular para representar como Giizis viaja cada día a través del cielo. El Atrapasueños filtrará todos los malos sueños (bawedjigewin) y permitirá que solo buenos pensamientos entren en nuestras mentes cuando estemos abinooji.


Veras un pequeño agujero en el centro de cada atrapasueños, por donde las buenas bawedjige pueden pasar. Con los primeros rayos de sol, los malos sueños perecen.


Cuando veas una pequeña Asibikaashi, no debes temerle; en su lugar prespetala y protegela. En honor a su origen, el número de puntas en dónde la red se conectaba al aro era de ocho, por las ocho patas de la Mujer Araña o siete por las Siete Profecias.


Era tradiccional poner una pluma en el centro del atrapasueños; esto significa aliento o aire. Es esencial para la vida. Un bebe mirando el aire jugar con la pluma sobre su cuna, se entretiene y a la vez recibe una lección de la importancia del buen aire. Una pluma de lechuza se pone por sabiduría (la pluma para una mujer) y la pluma de agila se pone por coraje (la pluma para un hombre). Esto no quiere decir que el uso de cada una este restinggido al genero sino que al elegir usar una de la plumas se es consciente de la propiedades que el o ella esta invocando (los pueblos indigenes, en general, son muy especificos respecto a los roles de género y la identidad).



Las gemas o piedras, como la que traen aquellos que se venden hoy en día, no se usaban en los tradicionales. Leyes gubernamentales han prohibido la venta de plumas de nuestras aves sagradas, por lo que se ha optado por sustituirlas por cuatrogemas que representan los cuatro puntos cardinales y piedras usadas por naciones del oeste.

 Los atrapasueños de lana, usados por los adultos no usan plumas.
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